Pasar horas frente a una computadora, levantar peso de forma repetitiva o trabajar en posiciones incómodas son acciones comunes en distintos sectores productivos.
Aunque puedan parecer inofensivas, esas tareas diarias, sostenidas en el tiempo, pueden derivar en lesiones musculoesqueléticas que afectan directamente la salud y el desempeño de los trabajadores.
En los últimos años, los problemas derivados de posturas inadecuadas o movimientos repetitivos se han convertido en una de las principales causas de ausentismo laboral.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las dolencias musculares y articulares representan más del 60 % de los trastornos ocupacionales reportados a nivel mundial, y su frecuencia aumenta con la falta de pausas activas, mala organización del trabajo o condiciones ergonómicas deficientes.
La ergonomía ocupacional busca precisamente anticiparse a esas lesiones, analizando la interacción entre la persona, su entorno y las tareas que realiza.
A través de evaluaciones técnicas, se identifican los factores que pueden generar fatiga, incomodidad o sobreesfuerzo, proponiendo ajustes simples que hacen una gran diferencia: rediseñar un puesto, modificar la altura de una superficie o adecuar los elementos de trabajo a las características físicas del trabajador.
Más allá de los equipos o las correcciones, la ergonomía promueve una cultura de cuidado diario.
Cuando los trabajadores comprenden cómo su postura, ritmo o esfuerzo físico impactan en su salud, el cambio se vuelve natural.
Y cuando la empresa acompaña ese proceso con seguimiento y orientación profesional, el resultado es doble: menos lesiones y mayor productividad.
La prevención ergonómica no necesita grandes inversiones, sino observación, planificación y acompañamiento técnico.
Detectar una molestia a tiempo puede evitar meses de tratamiento, reemplazos y pérdidas operativas.
Por eso, integrar la ergonomía en la gestión de seguridad y salud no es una tendencia, sino una práctica responsable que protege la salud y la continuidad del trabajo.
💡 Las lesiones por esfuerzo repetitivo no ocurren de un día para otro. La prevención comienza cuando alguien se detiene a observar cómo trabaja su equipo.